Hipertensión Felina: Diagnóstico, Tratamiento y Monitorización

Hipertensión Felina: Diagnóstico, Tratamiento y Monitorización

 

La hipertensión felina es una enfermedad común en gatos mayores que se suele diagnosticar junto a otras enfermedades como la enfermedad renal crónica (ERC) y el hipertiroidismo, aunque en ocasiones se han descrito casos de hipertensión primaria.
 
Se define hipertensión sistémica como la elevación persistente arterial sistólica o diastólica. En los gatos la presión sanguínea normal es de 124mmHg para la presión sistólica y 84mmHg para la diastólica, aunque cabe destacar que los valores de presión sanguínea en los gatos no son específicos para cada raza, de manera que la forma más segura de detectar cambios en la presión arterial es comparando la presión en las diferentes visitas de un mismo animal para obtener un perfil individual de valores de presión sanguínea. Asimismo, la mayoría de autores consideran la hipertensión sistólica a partir de 170-180mmHg, aunque la Sociedad Veterinaria de Presión Sanguínea (VBPS) clasifica la hipertensión en los animales domésticos como “suave” con valores superiores a 150/95mmHg, “moderada” superiores a 160/100mmHg e “intensa” superiores a 180/120mmHg2.
 
Son varios los tipos e instrumentos existentes para la medición de la presión arterial, así como para la monitorización del paciente. El método directo mediante cateterización directa de una arteria es el método más fiable, pero no es práctico como método rutinario en consulta, empleándose más a fondo en monitorizaciones anestésicas durante las cirugías.
 
Por ello, en consulta se suele acudir a la medición de la presión arterial mediante técnicas indirectas como el Doppler o el oscilométrico. El Doppler se usa comúnmente en Medicina Felina debido a la buena correlación y precisión en comparación con el método directo, sin embargo, el oscilométrico es menos preciso en comparación con el Doppler cuando se realiza la medición en gatos conscientes, siendo además una técnica que genera incomodidad al paciente, por lo que la medición de la presión arterial es más difícil mediante este instrumento. Por ello, recientemente se han desarrollado oscilométricos de alta definición, con el objetivo de solventar el problema anteriormente citado, y en determinados estudios realizados en el que se compara con el método directo, se han obtenidos resultados satisfactorios pues la precisión ha sido bastante aceptable.
 
El objetivo del tratamiento de la hipertensión es disminuir al máximo la afección de los órganos diana, así como mejorar y mantener una buena calidad de vida para el gato. Esto se consigue cuando se alcanza un objetivo inicial de presión arterial sistólica menor a 160mmHg.
 
Amlodipino: basándonos en los datos actuales, el amlodipino es el fármaco de elección para el tratamiento de la hipertensión felina. Se trata de un potente dilatador arterial periférico que actúa directamente en la musculatura vascular causando una reducción en la resistencia vascular periférica y en la presión sanguínea con mínimos efectos cardiacos. Además, ha mostrado una reducción de la proteinuria en pacientes con ERC.
 
Otros tratamientos: inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina, bloqueantes de los receptores de la angiotensina y beta bloqueantes han sido usados para el tratamiento de la hipertensión felina, aunque parecen tener un efecto menor que el amlodipino: normalmente provoca una reducción de 10-20mmHg mientras que el amlodipino puede llegar a 30-70mmHg según varios autores.
 
Con respecto a la monitorización, la ISFM propone que:

  • El tratamiento de rutina para los gatos con hipertensión debería comenzar con amlodipino a dosis de 0,625mg/gato cada 24 horas por vía oral.
  • Para aquellos gatos de más de 200mmHg se debe considerar iniciar el tratamiento a dosis de 1,25mg/gato cada 24 horas por vía oral.
  • En aquellos gatos con diagnóstico de afección de órganos diana en el momento del diagnóstico o con más de 200mmHg es fundamental monitorizar los signos clínicos presentes durante las primeras 24-72 horas.
  • Para gatos sin lesiones en órganos dianas, se debe pautar revisión de la presión arterial cada 7-10 días, en función de la severidad del cuadro y si presenta otras enfermedades concomitantes.
  • Si la respuesta al tratamiento es inadecuada, la dosis de amlodipino se podrá subir a un máximo de 2,5mg/gato.
  • En caso de que la respuesta siga siendo inadecuada, se debe plantear introducir otro antihipertensivo que actúe sinérgicamente al amlodipino.
  • El objetivo de la terapia es que en el menor tiempo posible se reduzca la presión arterial sistólica a menos de 160mmHg.
  • Una vez que la hipertensión esté controlada, se deberá hacer seguimientos cada 3 meses, de manera que también se monitoricen los signos clínicos de una posible afección a algún órgano diana.
  •  
     
    BIBLIOGRAFÍA
     
    Taylor S. Samantha, Sparkes H. Andrew, Briscoe Katherine, Carter Jenny,Cervantes Sala Salva, Jepson E. Rosanne, Reynolds S. Brice, Scansen A. Brian (2017). ISFM Consensus Guidelines on the Diagnosis and Managemente of Hypertension in Cats. Journal of Feline Medicine and Surgery 19:288-303.
     
    Pianes A., Font A. (2004). Hipertensión arterial sistémica en 3 gatos. Revista Clínica de Pequeños Animales. AVEPA 24(1):29-34.
     
    Slingerland LI, Robben JH, Schaafsma I, et al. (2008). Response of cats to familiar and unfamiliar human contact using continuous direct arterial blood pressure measurement. Res Vet Sci; 85: 575–582.
     
    Haberman CE, Morgan JD, Chang WK, et al. (2004). Evaluation of Doppler ultrasonic and oscillometric methods of indirect blood pressure measurement in cats. Intern J Appl Res Vet Med; 2: 279–289.
     
    Martel E, Egner B, Brown SA, et al. (2013). Comparison of highdefinition oscillometry – a non-invasive technology for arterial blood pressure measurement – with a direct invasive method using radio-telemetry in awake healthy cats. J Feline Med Surg; 15: 1104–1113.
     
    Jepson RE, Elliott J, Brodbelt D, et al. (2007). Effect of control of systolic blood pressure on survival in cats with systemic hypertension. J Vet Intern Med; 21: 402–409.
     
    Huhtinen M, Derré G, Renoldi HJ, et al. (2015). Randomized placebo-controlled clinical trial of a chewable formulation of amlodipine for the treatment of hypertension in clientowned cats. J Vet Intern Med; 29: 786–793.
     
    Van Israel N, Desmoulins PO, Huyghe B, et al. (2009). Ramipril as a first line monotherapy for the control of feline hypertension and associated clinical signs. J Vet Intern Med; 23: 1331–1332.